Es mitad de año y es casi una obligación moral del melómano hacerse un recuento de los mejores álbumes, como para no perderse tanto (además que ha llovido bastante y queda tiempo). A final de año no tenemos tan presente lo que nos gustó de los primeros meses. Es por eso que humildemente registro los míos en este poco y nada visitado blog.
Alex&Daniel – Alex&Daniel
El dúo dinámico (Alex Anwandter y Daniel Riveros alias Gepe) se ha encontrado, haciendo un disco casi redondo con lo mejor de cada uno, creando ocho canciones alternadas entre interpretaciones solista y otras a dúo. En este disco queda más que claro que el estilo más electrónico de Alex y la melodía de Gepe son la mejor receta para hacer canciones potentes pero a la vez frescas. Que ¿qué estilo predomina? El estilo Anwandter de Odisea. Esperando que no sea solo una anécdota en la ingeniosa carrera de estos dos grandes y decidan sacar nuevo material pronto. Las mejores: Mundo Real, Mejor Que Yo, Baby y Japon.
Everything Everything – Arc
Alex, Jeremy, Jonathan y Michael supieron como sostener y hasta mejorar la actitud de su anterior álbum (Man Alive 2010); manteniendo el falsete de la voz, las guitarras casuales, los cambios repentinos de ritmo y la predominación de una electrónica a ratos agresiva, creando en este nuevo trabajo singles valientes e impetuosos. Agregando también recursos como el uso cuerdas en Duet al más puro estilo de los Coldplay más melódicos, lo cual es solo una anécdota con hitazos rock-pop como Cough Cough, Kemosabe, Torso Of The Week, Radiant y Don’t Try. A las finales es un gran mérito mejorar un anterior disco exitoso.
Joe Crepúsculo – Baile De Magos
El español opta en esta ocasión por dejar de lado los ritmos latinoamericanos, aunque no del todo pues sobresale la cumbia en Hoy No Me Quiero Levantar y avanzar con todo a la pista de baile, sin miedo a parecerse a cualquier cliché dance. Insuperables Nuevo Amanecer, Fabrica de Baile y Leyenda junto a Russian Red. Las letras siguen el hilo habitual del análisis social y psicológico con divertidas frases como “el médico me dijo que quitara el café de mi vida / solo tomo tres tazas al día / y el está muerto y yo viva”. Sin duda un gran hito de Joe desde su ingenioso debut con Escuela de Zebras (2008). Una muestra más de que haciendo música sincera y sin prejuicios se obtienen excelentes resultados.
David Bowie – The Next Day
Pocos son los dinosaurios resucitados que logran éxitos después de casi cinco décadas de carrera. David Bowie ahora sabe de reaparecer en gloria y majestad. Tras el repentino estreno de su eficaz single Where Are We Now? Se abrió el apetito de los fans más acérrimos y de las nuevas generaciones que no crecieron precisamente escuchando Space Oddity o Starman. Y como era de esperar este lord de los ojos huérfanos no defraudó. Se luce haciendo de cada tema un nuevo himno a la sapiencia musical y la experiencia. Canciones con olor a clásicos de siempre son la misma The Next Day, The Stars (Are Out Tonight), Valentine’s Day y Boss Of Me solo por nombrar algunas.
Suede – Bloodsports
Estos ingleses leyendas del britpop reaparecen con confianza después de tantos éxitos cosechados en los 90s. Asombran por lo sólidos que se mantienen a pesar del tiempo, un ejemplo parecido al de David Bowie, manteniendo las proporciones, claro está. Las mejores son Barriers, Snowblind, It Starts And Ends With You, For The Strangers, Hit Me y Sometimes I Feel I’ll Float Away.
Julieta Venegas – Los Momentos
La cantautora mainstream más hipster de latinoamerica al fin se atreve a hacer oda a sus gustos musicales que –según su blog, su twitter y diversas entrevistas– van desde Animal Collective y Deerhunter hasta Joe Crepúsculo, además de sus incursiones en los recopilatorios en páginas indie como Club Fonograma. Es por esto que los cuarenta minutos de Los Momentos recurren al synth y las bases pregrabadas como estandarte. Prueba de esto es el primer single, Te Vi y la previa Tuve Para Dar que no pierden el ritmo saltarín. Aunque todavía queda especio para las mandolinas y su inseparable acordeón en Vuelve por ejemplo que junto a Tuve Para Dar poetizan el dificil momento social que atraviesa México. Mención especial para el momento Passion Pit con coros infantiles en Hoy y menos lúdicos en Un Poco De Paz. A todas luces parece ser un disco de transición de la mexicana, porque aunque innova lo hace con timidez.
Vampire Weekend – Modern Vampires Of The City
La madurez es algo que los artistas buscan a la larga. Este parece ser el motor para el tercer trabajo de Ezra Koenig y los suyos. Aunque siguen juguetones experimentando con los sonidos africanos y barrocos se presume que quieren marcar el estilo. No encontramos nuevos A-Punks o Cousins pero descubrimos la inteligente Diane Young, la compleja Ya Hey y la cabalgante Worship You. Modern Vampires Of The City parece ser un disco de jóvenes pasando a ser adultos y haciendo sus últimas travesuras, lo cual no significa que es el fin de las melodías alegres pero algo va a cambiar. Se agradecen también Finger Back, Step y Obvious Bicycle.
Empire Of The Sun – Ice On The Dune
Poco se sabía de la estropeada relación de este duo australiano. Si incluso sin haber acabado la promoción de Walking On A Dream (2008) la amistad era inexistente. Por fortuna cinco años después la vida los vuelve a juntar para en este álbum continuar con la idea de que ellos son los encargados de salvarnos del fin del mundo junto a extrañas criaturas tribales bailando con sintetizadores y luminosas guitarras. Sí, parecen estar drogados. Eficaces de todas maneras son incluso abriendo con Lux que podría ser perfectamente una pieza de Danny Elfman sonando en los créditos iniciales de una película de Tim Burton, aunque nada tenga que ver con el resto del disco ya que DNA, Alive, Concert Pitch y Ice On The Dune son claros hits rompepistas. Ice On The Dune es un disco casi paralelo a su antecesor (creo que hasta podría identificar cuál canción de uno es la que emularon en el otro) que lejos de ser una desventaja se convierte en el punto fuerte cuando tu disco anterior fue tan éxitoso y quieres seguir esa línea para al final de todo marcar tu estilo a fuego (¿quién dijo que eso era malo? Es bacan). Mención especial para la balada Keep A Watch.
Dënver – Fuera De Campo
Superar el éxito de Música, Gramática, Gimnasia (2010) era una proeza casi imposible y más aún conociendo las noticias de que Milton decidió evitar la producción de Cristian Hayne (el subvalorado Rey Midas de la música chilena) y autoproducir. Esta arriesgada maroma les pasó la cuenta de cierta manera. Fuera De Campo se convierte peligrosamente en un disco menos efectivo que su antecesor pero logra defenderse bastante bien a pesar de las caídas. Revista De Gimnasia (vuelven los caballetes, las mallas y violencia solapada) y Torneo Local (sobre la indecisión al conquistar) parecen ser los puntos más altos en lo que a hits se refiere, pero hay bastante espacio para los guiños a la música disco y a las baladas. Es así como Concentración de Campos y Mejor Más Allá se convierten en los temas más sesudos en cuanto a letra al hablar del holocausto y la violación a los derechos humanos en Chile. Se adivinan los sonidos de Mecano, Abba y al pop español actual en distintos niveles a lo largo de todo el disco. Los arreglos de cuerdas y bronces (a veces exagerados e inoportunos) omnipresentes están al servicio de la sensibilidad de la composición en Tu Peor Rival y Profundidad de Campo pero no en El Árbol Magnético Ataca Por Sorpresa, que parece ser la continuación natural de Explosiones Y Delitos. De todas formas Fuera De Campo logra con algunos rasguños estar entre los discos que vale la pena escuchar este año. Mención especial para Medio Loca (Hasta el Bikini me Estorba) que recuerda a Hawaii-Bombay.
Esta lista tiene como fin no olvidar los discos que pudieron haber sido grandes pero que por algún motivo no lo fueron, lo cual no quita que puedan ser escuchados y quizás cambiarlos a la primera lista después de unas vueltas más.
Camera Obscura – Desire Lines
La banda escocesa había cosechado bastantes éxitos con sus cuatro anteriores trabajos pero esta vez no alcanza a dar la talla y mantener la expectación respecto a sus composiciones. Tal vez sea la retirada del batería que se llevó el toque interesante. Aunque de ninguna manera es un tropiezo inmenso después de escuchar hermosuras como This Is Love (Feels Alright), Fifth In Line To The Throne, el optimismo de Break It To You Gently y el reprise alegre de Do It Again. Más bien parece ser un descanso, una pausa breve.
She & Him – Volume 3
Al parecer el novedoso resultado que produce juntar a M. Ward, dado a mucho folk y leyendas de la guitarra y Zooey Deschanel fanática de imitar a las actrices de los sesenta en un dúo musical ya no es tan novedoso, menos si no han avanzado mucho en lo que vienen haciendo desde Volume One (2008). Continúan las melodías dulzonas con gusto a Nancy Sinatra y Carpenters en todas las canciones y tratando de sorpender con sus ya clásicos covers, esta vez a cargo del hit playero Sunday Girl de Blondie y otros dos más, aunque sin mucho que aportar. Sólo un nuevo puñado de lindas canciones.
Chapel Club – Good Together
Difícilmente escuchamos en 2011 algún disco que sorprendiera con la fuerza de sus canciones, la batería segura y las guitarras rabiosas, más la cuota de synthpop adecuada para cada canción, como lo hicimos con el debut de los cinco londinenses miembros del Club del la Capilla en Palace, recordando a los primeros The National. Quizás sea esa vara la que les quedó demasiado alta y no la alcanzaron esta vez minimizando la instrumentación y destacando los sintetizadores. Quisieron por supuesto ser más pop pero no les queda bien. Lo vemos claro en los diez minutos de la pieza que le da nombre al álbum con un lapso intermedio de electrónica innecesaria. Pierden por todos lados prefiriendo esta veta incluso en temas que pudieron ser grandes como Sequins y Shy.
Yeah Yeah Yeahs – Mosquito
La Karen O de la melena negra se ha ido, y con ella la genialidad que destacó hasta It’s Blitz! a estos tres. El dance-punk robusto queda reducido a cenizas y logran levantarse con entereza solo en Sacrilege y un par de temas más. Lo demás poco vale la pena.
Phoenix – Bankrupt!
Con Entertainment el disco parte con una energía avasalladora pero pierde fuerza inmediatamente en el siguiente tema. No logran llegar ni a los talones del single promocional en ninguna otra parte del disco o quizás lo hagan en Drakkar Noir, solo quizás. Una lástima total pensando en que tendremos que esperar un par de años para volver a escuchar algo que al menos se asemeje al sublime Wolfgang Amadeus (2009).
The Strokes – Comedown Machine
Hace rato que los de Casablancas vienen dando lástima y lo siguen haciendo en el presente trabajo. Nefasto el juego ridículo y confuso en One Way Trigger, penoso. Confieso que quiero que me gusten los discos de los Strokes pero así no se puede, a pesar de que su anterior trabajo (Angles 2011) lo encontré mejor que este. Casi les creo con Welcome to Japan pero parecen aburridos de hacer discos.
Deerhunter – Monomania
Mejores momentos ha tenido Brandford Cox y los suyos con su genial Microcastle (2008) y el espectacular Halcyon Digest (2010). Tratan de repetir esto cada cierto momento en Monomania pero no lo alcanzan. Siguen los ruidos y los gritos junto a los extraños recursos como la especie de tos de perro que emula hacia el final de T.H.H, que se postula como la mejor parte del disco por las guitarras dueñas y el misticismo en la voz de Brandford, que sin duda es un capo de capos y logra mantener la incertidumbre en Blue Agent y el ritmo en Back to the Middle. El disco dista mucho de ser un fracaso de todas maneras.
°°°
Claramente hay discos que no he alcanzado a escuchar mucho, ya sea por tiempo o por el poco interés que me han aportado, espero poder hablar de ellos en algún futuro cercano.